MONUMENTO AL ASTRÓNOMO ALLER
Lalín, Pontevedra
Piedra y hierro
1959
El artista juega con los diferentes elementos de la naturaleza: el agua a modo de estanque donde se levanta el monumento, aparece quieta y permanente como la ciencia. De ella arranca el pedestal, la piedra, totalmente liso, donde solo aparece el primer apellido del sabio y los vocablos CIENCIA y VIRTUD, que resumen su vida. La sillería se completa con las esferas de hierro, el metal, que con el sol producen diferentes juegos de sombras, siendo un recurso enormemente efectivo y novedoso.
La estatua de Don Ramón María Aller se yergue destacando su estudio psicológico, que transmite al espectador sus rasgos de carácter, la modestia en su vida, y la alegría, a través de una sonrisa esbozada y dulce que nos hace pensar en la del Daniel del Pórtico de la Gloria. se toca con un ropaje de pliegues que caen simétricamente siendo de gran efectismo, al igual que el recurso de alternar granito negro, blanco y rojo, con lo que se consigue un sutil y elegante juego de policromía natural La figura pretende transmitir esperanza entre la convulsa cultura contemporánea a través de su humanismo, íntimo, y transmitido a través de gestos como la dulzura del gesto de las manos, que se cruzan para sostener el astrolabio y las tablas, atributos con los que la Iconología de Ripa representa a la Astronomía.