OBRAS DE ARTE Y MEMORIA HISTÓRICA
Toda obra de arte y monumento que esté a la intemperie sufre el desgaste del paso del tiempo y de todo tipo de factores (meteorológicos, intervenciones de tipo urbanístico...). Hace unos meses que estamos recorriendo Galicia para ver el estado de las obras públicas de Asorey y en la mayoría de los casos el estado es malo e incluso preocupante, sobre todo en las realizadas en granito, piedra que sufre muchísimo; en la mayoría de los casos las obras están manchadas por el paso del tiempo, pero hay excepciones, alguna está manchada por la mano del hombre.
Es el caso del busto de Calvo Sotelo ( 1938) sito en los jardines Fleming de Vilagarcía de Arousa
Está lleno de graffitis que obviamente no son obra de contemporáneos del retratado, sino de algunos que destrozan la obra a través de un personaje que no conocieron.
Hemos hablado con el concejal de cultura del Ayuntamiento de Vilagarcía y no hay problema en su restauración, sólo el económico, por eso esperaremos a un acuerdo con alguna administración para una restauración conjunta de varias obras, con lo que se ahorrará una importante cantidad de dinero.
¿ Por qué estas agresiones?. Calvo Sotelo fue benefactor de la villa puesto que financió la construcción de la plaza de abastos y el cuartel de la Guardia Civil cuando era gobernador del banco de crédito local. Fue un personaje abatido por la guerra, desgraciadamente en todo bando hay caídos. Son por tanto estas agresiones fruto de "gamberrismo" u obra de descendientes afectados por el conflicto?. Sea como sea creo que detrás hay mucha ignorancia de la historia y del arte: para los ayuntamientos es honra el tener una obra de Asorey, pero los autores de estas pintadas tampoco reconocen al artista. Hay que llevar a cabo un proceso de educación en este sentido, respetar un bien cultural ( no creo que ningún republicano atente contra un cuadro de la Corte Real de Velázquez o Goya, sí , para mi esta comparación es pausible), sino, ¿ que se hace con este tipo de obras?. La opción de la restauración es la primera, por supuesto pero supone un gasto económico y se corre el riego de que se vuelva a atentar contra la obra, que sufre tanto por la agresión como por la propia restauración, se entra en un círculo de atentado artístico y de dispendio monetario.
La otra opción es la retirada de la obra a un lugar de paso restringido; ésta sería una medida demasiado extrema para mi gusto; se priva al público de verla y a la ciudad de enseñarla con orgullo por ser obra de uno de nuestros mejores escultores: La obra se concibe para el público que ha pagado por ella y para un entorno determinado del que no se la debe privar.
Es cierto que el "vengarse" de la persona a través de su representación en el arte es casi que inherente al ser humano. En el antiguo Egipto se castigaba a un mal gobernante o sacerdote borrando su nombre de todos lados, así su alma no llegaría al más allá. En Roma se practicaba la damnatio memoriae; era una medida tomada por el gobierno, oficial, que consistía en castigar a un personaje borrando su nombre, sus representaciones plásticas... de todo lugar, se borraba del mapa. No es entonces un fenómeno al que tenemos que enfrentarnos por primeras vez pero sí es cierto que hoy en día todo es consentido y muy poco respetado.
Tenemos otro caso completamente distinto, esta vez en Oviedo, os dejo un enlace
Como veis se retira la estatua del coronel Teijeiro para su restauración, bien, poco que objetar, pero tal como dice el artículo se hace ROMPIENDO LA PEANA a martillazos y cargan la estatua en un camión operarios municipales. Señores ¿restauran la obra a base de romperla? ¿ sin presencia de restauradores?. Claro, al leerlo, además de echarnos las manos a la cabeza, llamamos al Ayuntamiento de Oviedo y cual es la sorpresa cuando la encargada de cultura nos dice que no sabe nada; o sea que no sabemos qué se va a hacer con la obra, si volverá al mismo sitio, a quién le han pedido permiso para restaurarla, en fin, ¿ qué nos queda? juzgado y daño moral, lo cual cuesta y desgraciadamente no nos lo podemos permitir aunque la ley nos dé la razón. Bueno, ya veis que es un caso donde el intento de mejora de la obra lleva a su destrucción con lo cual me reafirmo: un poco más de información y de cultura evitaría el destrozo de las obras y nos llevaría incluso a presumir de poder contar con ellas en nuestras calles y plazas.
Gracias por vuestros comentarios